miércoles, 2 de diciembre de 2009

EL HOMBRE ROTO



Desintegrado en mi dualidad,
reconciliado en carne.
Venus de Milo dándome la espalda.
Quién es esa señora grito
esa dama sin manos que me evita
en la habitación.

Cúpulas de San Marcos,
sus pechos suben y bajan
lejos de mis dedos y mi boca abierta,
hundido hasta el cuello en el hormiguero
que alguna vez fueran sábanas.

La más horrible de las muertes
¿O hay algo peor que la apatía?

Estoy roto y lo ignoro
la realidad no se compara
ni se mide contra sueños de niño
(Ese telescopio al revés);

El Demonio nunca apaciguado,
Euménide en actitud de acoso,
asfixiando suavemente con sus manos
mi garganta, hurgándome las culpas.

Allí quedaré
desgarrado hasta mi última piel.

Al apagar la luz, sin saber el día ni la hora
y en competencia con El Creador,
adoptaré una nueva aptitud para este día,
aprenderé a vivir, por lo que veo

recién, el día de mi muerte.

 
levacosanovich@hotmail.com

2 comentarios:

Faure dijo...

¿O hay algo peor que el Olvido?

¿O la Sequía?

¿Quizás la Culpa?

¿Qué? ¿Cuándo?

Gräfo dijo...

EXCELENTE ME ENCANTARIA PODER ESCRIBIR ASI.
vAS A LLEGAR LEJOS.!!!!