lunes, 14 de noviembre de 2011

CAMPO DE FLORES LILAS

Suspiro en este campo de batalla


aquí los hombres se mataron
por razones que pocos recuerdan.
La noche, que no miente
prefigura desde entonces
el vientre de la ballena
que nos ha de tragar un día.

¿Arde aún en los espíritus la herida?
¿Mana todavía el surco que abrió la bayoneta?
La punta del metal se desvió con fuerza sobre el hueso,
a esa hora los hombres eran cadáveres,
no alcanzaban a cerrar sus ojos inauditos.
Larvados de inmundicia
descendían en esta misma tierra
donde hoy crecen las flores.

Ahora procuro recoger mi alma en este mismo sitio
este tiempo distinto.
Trataré de no llorar por los caídos
sonrisas de fotos agrisadas
pero no miento si digo
que podría oír las gárgaras de sangre
sobre el barro que se les fue formando
bajo las tripas.

Vagan afantasmados todavía, con sus alaridos
andan con nosotros
en el miedo que no pudimos sacudirnos,
merodean, como el viento frío.

Leva Cosanovich.
14 de Noviembre de 2011.
V. del P.

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