Vos sos aquél hombre,
el que me sedujo con cosas imposibles,
el que a pesar de vidrios y cerrajes
jamás cesó de llegarse hasta mis sábanas,
el que a fuerza de textos
a tiro de besos por computadora
o por teléfono
iba conmigo,
caminaba al lado
sonreía a cada paso mío;
o me aferraba firme del codo
cuando titubeaba.
Yo borré tu nombre de todos mis papeles
volviéndote invisible para el mundo,
rebatí argumentos que no te favorecían
batallando guerras memorables por tu nombre.
Otras veces me quedé en silencio
cuidando la ropa de los que te apedreaban,
y te santifiqué en la memoria
sin preguntar siquiera
Y oré por vos en la agonía de mi incredulidad,
y oré también por mí.
Cierto sos ahora. Cierto.
(Y lo serás siempre, me parece)
Amor de días, amor lejano,
a cuentagotas, de alguien más que no conozco;
pocas, muy pocas veces, lamentablemente
amor mío.
LEVA COSANOVICH
24 de enero de 2010
BUENOS AIRES
levacosanovich@hotmail.com
el que me sedujo con cosas imposibles,
el que a pesar de vidrios y cerrajes
jamás cesó de llegarse hasta mis sábanas,
el que a fuerza de textos
a tiro de besos por computadora
o por teléfono
iba conmigo,
caminaba al lado
sonreía a cada paso mío;
o me aferraba firme del codo
cuando titubeaba.
Yo borré tu nombre de todos mis papeles
volviéndote invisible para el mundo,
rebatí argumentos que no te favorecían
batallando guerras memorables por tu nombre.
Otras veces me quedé en silencio
cuidando la ropa de los que te apedreaban,
y te santifiqué en la memoria
sin preguntar siquiera
Y oré por vos en la agonía de mi incredulidad,
y oré también por mí.
Cierto sos ahora. Cierto.
(Y lo serás siempre, me parece)
Amor de días, amor lejano,
a cuentagotas, de alguien más que no conozco;
pocas, muy pocas veces, lamentablemente
amor mío.
LEVA COSANOVICH
24 de enero de 2010
BUENOS AIRES
levacosanovich@hotmail.com